domingo, 8 de mayo de 2011

ASAMBLEA INTERNACIONAL DE LAS AIC



Hoy, 30 de marzo del año 2011, en la Residencia San José de El Escorial (Madrid) ha comenzado la Asamblea Internacional de la Asociación de Caridades de San Vicente de Paúl (AIC). Con puntualidad anglosajona, a las 10 de la mañana, en un amplio salón de plenos, se ha puesto en marcha esta magna reunión que durará hasta la tarde del domingo 3 de abril. Su lema o su tema global es: “Educar, un camino para construir juntos”.
No resulta nada fácil organizar una Asamblea de estas características. Se han reunido cerca de 260 miembros de la AIC de todo el mundo. Si uno lee la lista de participantes, se dará cuenta de que, por orden alfabético, se empieza en Alemania y se termina en Vietnam, pasando por Bélgica, Bolivia, Brasil, Camerún , Chile, España.... Taiwán, Reino Unido, Ucrania, USA, Venezuela. Ha sido más de un año de preparación. Con muchas idas y venidas, con muchos borradores de programa y de organización, con muchos problemas y problemillas..., pero, al final, todo ha resultado bien y dispuesto para celebrar esta Asamblea.

La jornada  se ha atenido estrictamente al programa oficial. La presidenta internacional, Laurence de la Brosse, declaró oficialmente abierta la Asamblea. Mª del carmen Gómez, presidenta nacional (de España), como anfitriona, dio la bienvenida a todos los asistentes. Y Natalie Monteza, secretaria general, fue presentando las distintas delegaciones. Un dato relevante: todas las delegaciones fueron aplaudidas, pero cuando se presentaron las tres delegadas de Japón el aplauso fue larguísimo, atronador y emocionante.
La primera conferencia corrió a cargo del P. Celestino Fernández que habló sobre “San Vicente de Paúl y la educación”. Sobre todo, subrayó, en su conferencia, cuatro dimensiones básicas de la educación vicenciana: Educación como evangelización, educación como dignificación de la persona, educación como promoción integral de la persona y educación como liberación y libertad. La conferencia fue como el telón de fondo o el marco introductorio .de la Asamblea.

La tarde estuvo repleta de comunicaciones, informes, experiencias y ponencias. Se habló de “trabajar en forma de proyectos”, a cargo  de Anne France Mordant y Miche Smeets. Se reflexionó sobre algo tan actual como la “ética en la administración de los bienes que nos fueron dados para los pobres”, por parte de la mejicana Alicia Duhne. La presidenta internacional también informó ampliamente sobre varios aspectos de los trabajos llevados a cabo por la AIC. Como datos curiosos, apuntó lo siguiente: la AIC trabaja, al año, 50 millones de horas, en todo el mundo, en el servicio al pobre; lleva acabo 16.000 proyectos; el 71 por 100 de los más pobres a los que asiste la AIC son mujeres.

Finalmente, se proyectó el panorama actual de la AIC en el mundo. En unos países, la AIC está creciendo, en otros, decreciendo. Como la vida misma. Y se dio mucha importancia al Premio, instituido por Claire Delva y su marido, para proyectos de prevención y lucha contra la violencia de género.
La jornada terminó como había empezado: con ilusión, buen ambiente, muchas ganas de trabajar y, sobre todo, con  un gran espíritu de pertenencia a esta querida Asociación, la primera fundada por Vicente de Paúl en 1617.
 

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